Por primera vez en la historia, investigadores han podido comprobar la influencia de la Luna sobre la corteza terrestre, de hecho, fue un factor de la ocurrencia del gran terremoto y tsunami de Japón en el 2011.
Desde hace algún tiempo se ha creído que la Luna era la causante de múltiples fenómenos o desastres naturales, pero, a lo largo de la historia, no había sido ratificada por la ciencia, hasta ahora.
Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Geoscience’ reveló que durante las fases de la Luna llena o Luna nueva se presentan mayores probabilidades de suscitarse grandes terremotos.
Dicha investigación, encabezada por el profesor Satoshi lde, miembro del Departamento de Ciencias Terrestres y Planetarias de la Universidad de Tokio, confirmó que las fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol que ocasionan las mareas altas o vivas no sólo deforman la superficie de los océanos, sino también la corteza terrestre.
El análisis se basó en el registro de las fuerzas de marea que se dieron dos semanas antes a la ocurrencia de unos 10 mil sismos de magnitud superior a los 5,5° Richter que han sacudido al planeta durante los últimos 20 años. En éste se comprobó la existencia de una correlación contundente entre la amplitud de las mareas y esos temblores.
Además, el estudio arrojó que si el terremoto se producía durante el momento de alta tensión de la marea alta había más probabilidades que la magnitud del movimiento sísmico sea mayor a los 8,0°.
Así, se establece que la fuerza de la marea alta, generada durante la luna llena o nueva, pueden generar un pulso, así sea milimétrico, sobre las fallas geológicas, liberar la energía acumulada en ellas y ocasionar eventualmente un gran sismo.
La parte más fundamental de esta investigación se basa en que este descubrimiento ayudaría al campo de la predicción de sismos, aunque Ide destaca que éste no es el único factor que llega a desencadenar un terremoto.
«Este importante descubrimiento no afecta a cómo las sociedades deben prepararse para posibles terremotos», dice el japonés, quien agregó: «Incluso aunque ligeramente mejorada por las mareas, la probabilidad de que un terremoto ocurra en un día señalado y en una región propensa a los terremotos sigue siendo muy baja, es demasiado pequeño para tomar algunas acciones».
H/T – Blastingnews