La NASA detecta un fuerte frenazo de un cometa; el pequeño objeto redujo su período de rotación más de diez veces en sesenta días, cosa que nunca antes se había visto.
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La sonda espacial Swift de la NASA ha capturado un cambio sin precedentes en la rotación de un cometa. Las imágenes, tomadas en mayo de 2017, revelan que el cometa 41P / Tuttle-Giacobini-Kresák giraba tres veces más lento de lo que lo hacía en marzo, cuando fue observado por otro telescopio en el Observatorio Lowell en Arizona (EE.UU.). En sí, se trata de una desaceleración realmente abrupta que jamás había sido vista en un cuerpo de este tipo.
“El récord anterior en la rotación de un cometa era de 103P / Hartley 2, el cual disminuyó su rotación de 17 a 19 horas durante 90 días”, explica Dennis Bodewits, investigador asociado de la Universidad de Maryland (UMD) en College Park, quien presentó los hallazgos en la reunión de la American Astronomical Society (AAS) en Washington. “Por el contrario, 41P la redujo más de 10 veces en tan solo 60 días, por lo que tanto el alcance como la velocidad de este cambio es algo que nunca antes habíamos visto”, subraya. Pasó de unas 20 a 60 horas.
41P orbita el Sol cada 5,4 años, viajando tan lejos como el planeta Júpiter, cuya influencia gravitatoria lo ha capturado en su camino actual. Tiene menos de 1,4 kilómetros de diámetro, por lo que se encuentra entre los más pequeños de la familia de cometas cuyas órbitas están controladas por el enorme planeta. Precisamente, su pequeño tamaño es lo que puede ayudar a explicar cómo sufrió un cambio tan drástico.
Cuando un cometa se acerca al Sol, el aumento del calentamiento hace que el hielo de su superficie cambie directamente a un gas, produciendo chorros que lanzan partículas de polvo y granos helados al espacio. Este material forma una atmósfera extendida, llamada coma. El agua en la coma se descompone rápidamente en átomos de hidrógeno y moléculas de hidroxilo cuando se expone a la luz solar ultravioleta, una luz que el Swift es capaz de detectar.
Las observaciones terrestres establecieron el período de rotación inicial del cometa en aproximadamente 20 horas a principios de marzo de 2017 y observaron su desaceleración más tarde el mismo mes. El cometa pasó a 21,2 millones de km de la Tierra el 1 de abril, y ocho días después hizo su aproximación más cercana al Sol. Swift fotografió el cometa del 7 al 9 de mayo, revelando variaciones en su luz relacionadas con material recientemente expulsado al coma. Estos cambios lentos indicaron que el período de rotación de 41P se había más que duplicado, a entre 46 y 60 horas.
Las estimaciones de la producción de agua de 41P, junto con el pequeño tamaño del cuerpo, sugieren que más de la mitad de su superficie contiene chorros activados por la luz solar. Esa es una fracción en activo mucho mayor que en la mayoría de los cometas, que normalmente soportan chorros solo en el 3% de sus superficies.
“Sospechamos que los chorros de las áreas activas están orientados de manera favorable para producir los momentos de torsión que ralentizaron el giro de 41P”, dice Tony Farnham, científico principal de investigación de la UMD. “Si las torsiones siguieron actuando después de las observaciones de mayo, el período de rotación de 41P podría haberse reducido a 100 horas o más en este momento”.
H/T – ABC