Se prevé que el róver aterrice en el cráter Jezero del planeta rojo en febrero de 2021. Su principal objetivo será el estudio de la geología de Marte y la búsqueda de posibles rastros de antigua vida.
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Este 30 de julio, la NASA lanzó su nuevo róver Perseverance para la exploración de Marte en el marco de la misión Mars-2020. El despegue se produjo alrededor de las 11:50 GMT desde la plataforma de lanzamiento SLC-41 de Cabo Cañaveral y se realizó a bordo del cohete Atlas V 541.
El vehículo tiene programado aterrizar en el planeta rojo el 18 de febrero de 2021 en el cráter Jezero, un antiguo delta de río y lago de 45 kilómetros de diámetro, y tendrá como objetivo buscar rocas que contengan posibles signos de una antigua vida microbiana.
Se espera que el róver, que pesa 1.025 kilogramos, recolecte muestras de rocas, que serán traídas a la Tierra para su análisis en aproximadamente una década. Perseverance también intentará producir oxígeno a partir del dióxido de carbono existente en la atmósfera marciana. El programa de investigación está diseñado para durar como mínimo dos años terrestres, pero lo más probable es que continúe en el tiempo.
Siete instrumentos científicos
Para moverse por la superficie del planeta, Perseverance está equipado con seis ruedas de medio metro de diámetro, parecidas a las que usa el róver Curiosity. El nuevo vehículo dispone de siete instrumentos científicos para realizar análisis detallados de las rocas marcianas y buscar impurezas orgánicas.
Uno de ellos es el Mastcam-Z, un sistema de cámara doble con zoom óptico incluido para tomar imágenes panorámicas y estereoscópicas de superficie. También se utilizará para determinar la composición mineralógica de las rocas.
La cámara SuperCam es otra de sus herramientas para analizar la composición química y mineralógica de las rocas marcianas. El espectrómetro de rayos X PIXL, con una cámara termográfica, permitirá realizar el análisis más detallado de la composición elemental del suelo de Marte de toda la historia de la exploración del planeta.
Por su parte, el espectrómetro ultravioleta SHERLOC buscará con una cámara de alta resolución impurezas orgánicas en el suelo y refinará su composición mineral. La estación meteorológica MEDA proporcionará mediciones de la temperatura del aire, la presión atmosférica, la velocidad y dirección del viento, la humedad relativa y el tamaño y forma de las partículas de polvo en el aire.
El radar de alcance ultraalto RIMFAX es un georadar diseñado para detectar las capas de rocas subsuperficiales más cercanas, capaz de ‘mirar’ a una profundidad de 10 metros, mientras que la instalación experimental MOXIE se dedicará a intentar recibir oxígeno del dióxido de carbono de la atmósfera marciana.
En total, el róver dispone de hasta 23 cámaras para navegación y operaciones técnicas, tres antenas para comunicaciones con la Tierra, un pequeño mecanismo que puede perforar pequeños agujeros a una profundidad de seis centímetros, así como dos micrófonos para grabar sonidos marcianos. «Por primera vez, tendremos ese sentido humano en otro planeta», comentó Matt Wallace, subdirector del proyecto.
Debido a que su principal fuente de energía es un generador termoeléctrico de radioisótopos de plutonio-238, Perseverance podrá operar durante todo el día e incluso en el invierno marciano. Tampoco temerá a las tormentas de polvo. Además, está equipado con dos baterías de iones de litio recargables con energía solar.
Primer dron en Marte
Asimismo, el róver estará dotado con el primer dron en la historia de la exploración del planeta. Equipado con dos tornillos de 120 centímetros de diámetro, el dron Ingenuity no supera los 20 centímetros de longitud y su peso total es de aproximadamente dos kilos. El aparato también dispone de soportes de aterrizaje, una antena y una batería solar.
Ingenuity se colocará en la parte inferior del róver y, según lo planeado, se desconectará solo dos meses después del aterrizaje. El aparato tendrá como objetivo desarrollar la tecnología de vuelo en una atmósfera marciana, cuya densidad es aproximadamente 100 veces menor que en la Tierra. Si logra elevarse en el aire, se usará para el reconocimiento de la ruta y para fotografiar al propio róver.
H/T – Actualidad