BepiColombo despegó con éxito rumbo al planeta más pequeño y cercano al Sol de nuestro Sistema Solar, Mercurio. Se trata del inicio de una complicada misión conjunta de la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial para desvelar los secretos de ese planeta.
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Le espera un viaje de siete años y dos meses hasta que el satélite se coloque en la órbita de Mercurio. Según lo previsto las operaciones científicas comenzarán en marzo de 2026 y se desarrollarán durante un año, que podrá extenderse por otro año más.
El módulo de transferencia y los dos orbitadores, uno desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y otro por su homóloga japonesa, JAXA, con la que se lanza conjuntamente el proyecto, partieron del centro espacial de Kurú, en la Guayana Francesa, a las 01.45 GMT de este sábado (20.10.2018)
El despegue a bordo de un cohete Ariane 5 respetó el horario previsto y la fase de lanzamiento se dio por concluida 26 minutos y 47 segundos después.
El trabajo conjunto de los dos orbitadores estudiará el origen y evolución del planeta, su composición, su exosfera y magnetosfera, y complementará el realizado por las dos únicas naves que lo han visitado hasta la fecha.
Mariner 10 lo sobrevoló y ofreció sus primeras fotografías de cerca tomadas entre 1974 y 1975, y Messenger, también estadounidense, lo sobrevoló en 2008 y 2009 y fue la primera en orbitarlo, entre 2011 y 2015.
Esas misiones aportaron respuestas, pero también plantearon nuevas preguntas. BepiColombo buscará confirmar la existencia de hielo, explicar la contracción del interior del planeta o por qué su campo magnético está a 400 kilómetros de su centro.
De acuerdo con el director de la Agencia Espacial Europea, los costes de la misión «BepiColombo» ascienden a más de 2.000 millones de euros (2.300 millones de dólares). La ESA se hará cargo de 1.500 millones de euros.
Además de cara, se trata de una misión especialmente complicada cuya preparación se ha prolongado durante casi 20 años debido a las inhóspitas condiciones que hay en las proximidades de Mercurio y que obligaron a los científicos a desarrollar tecnología específica.
La sonda toma su nombre del matemático italiano Bepi (Giuseppe) Colombo (1920-1984), quien en el pasado calculó trayectorias para llegar a Mercurio.
H/T – Panorama