Según especialistas de derecho de familia, se trata de un «fallo novedoso» que beneficia a la mujer de 70 años licenciada en Economía que dejó la carrera para realizar las tareas domésticas.
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La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de Argentina ha confirmado su decisión de obligar a un hombre a pagar ocho millones de pesos (179.000 dólares) a su exesposa porque dedicó 27 años a las tareas del hogar y crianza de sus hijos, abandonando para ello su carrera, según informa Clarín.
La mujer, identificada como M. L. y licenciada en Economía se casó con D. B. en 1982 y, mientras su marido trabajaba, ella realizaba las tareas domésticas. La pareja se separó en 2009 y en 2011 se divorció. A raíz de ese momento, la mujer afrontó dificultades económicas porque había cumplido los 60, edad a la que las mujeres argentinas reciben el beneficio jubilatorio y no pueden ingresar al mercado laboral.
Teniendo en cuenta todos los factores de desequilibrio que emergen tras la ruptura de matrimonio y la perspectiva de género, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil se pronunció a favor de la mujer, que ahora tiene 70 años, y obligó a su exmarido a pagarle una compensación económica «en una suma única» de ocho millones de pesos. La abogada de la mujer, la doctora Laura Gabriela Carranza Acuña, admitió a Clarín que el fallo judicial es «muy novedoso» en cuanto a la suma de la compensación.
El derecho a la compensación económica
Según el artículo 441 del Código Civil y Comercial de Argentina, «el cónyuge a quien el divorcio produce un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación y que tiene por causa adecuada el vínculo matrimonial y su ruptura, tiene derecho a una compensación».
«Si una persona que es licenciada en Economía deja de continuar sus investigaciones y su trabajo para dedicarse a la familia, y después el otro obtiene el divorcio, todo lo que esa persona dejó de lado tiene que tener una reparación. Es un desequilibrio que se da de diferentes maneras: emocional, psíquico y material. Se llama daño moral», explica al diario argentino el abogado Eduardo Sirkin, especialista en derecho de familia.
El experto afirma que este caso demuestra que la persona «tiene el derecho a la compensación económica, siempre y cuando se acredite cuál es la incidencia que ha tenido en la persona el divorcio» y sus consecuencias.
Por su parte, Lucía Martelotte, directora ejecutiva adjunta del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) subraya la importancia de este fallo, porque reconoce que lo que hacen las mujeres en sus hogares es un trabajo que también implica tiempo y esfuerzos. Asimismo, pone de relieve el problema que surge cuando las mujeres trabajan fuera de la casa, pero al mismo tiempo se dedican al cuidado de los hijos y a las tareas hogareñas. «La distribución tradicional de las tareas de cuidado sigue recayendo sobre las mujeres», lamenta Martelotte.
H/T – Actualidad