Cuando recibes un beso francés, de esos que en los que la pasión es la que toma el control, pasan cosas dentro de tu cuerpo de las que no eres consciente, además de la sensación de placer y atracción. ¿Alguna vez te has preguntado qué le sucede en tu cuerpo mientras disfrutas de ese momento increíble?
Comencemos por los labios, en los que se encuentran múltiples terminaciones nerviosas que llevan información al cerebro acerca de la temperatura corporal, el tono muscular y el sistema inmune de nuestra pareja. De esa forma, el beso es el primer filtro inconsciente con el que evaluamos a nuestro pretendiente. ¿Sorprendente, no?
Tanto hombres como mujeres, tendemos a inclinar la cabeza hacia el lado derecho cuando besamos. Y no solo eso, ejercitamos hasta 24 músculos faciales y hasta 100 por todo el cuerpo.
Con un beso fránces se intercambia saliva, que contiene testosterona y que activa la receptividad sexual de la pareja. Pero la saliva también contiene más de un millón de bacterias… ¡Afortunadamente el 95% son inofensivas!
En cuanto al cerebro, cuando decide que nos gusta la persona a la que besamos, libera cuatro neurotransmisores principales que son dopamina, asociada al placer; serotonina, asociada a la excitación; epinefrina, que aumenta la frecuencia cardíaca; y oxitocina, asociada al apego y el cariño. Además se segrega óxido nítrico, que aumenta el flujo sanguíneo, y fenitelamina, que aumenta el placer. ¡Por eso lo disfrutamos tanto!
También se presenta un cambio de actitud, pues luego de besar nos sentimos felices instantáneamente y logramos reducir la tensión, generando un cambio positivo en nuestra actitud. Sin mencionar que las parejas que se besan con frecuencia tienden a tener relaciones más exitosas y duraderas.
H/T – Imujer