Una investigación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian ha logrado determinar la edad del universo a través de ondas gravitacionales, quedando que el cosmos tiene entre 11.900 y 15.700 millones de años.
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Para empezar, es importante explicar que las ondas gravitacionales son vibraciones que deforman el espacio-tiempo, el tejido del que está hecho el universo, a través del que viajan. Einstein predijo su existencia hace un siglo, y expuso en tu Teoría General de la Relatividad que las producirían objetos cósmicos como los agujeros negros o los púlsares, densas y compactas estrellas que giran sobre sí mismas.
Ahora, la observación ha confirmado las teorías sobre la gravedad y el espacio-tiempo del físico alemán: en los últimos dos años se han detectado ondas gravitacionales provenientes de al menos cinco fuentes.
La importancia de este hallazgo explica que el Premio Nobel de Física de 2017 fuera para los científicos estadounidenses Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne por su trabajo en LIGO, el detector de ondas gravitacionales.
Asimismo, el estudio de este fenómeno está aportando nuevos conocimientos sobre la formación de las estrellas masivas, los brotes de rayos gamma, las características de las estrellas de neutrones o incluso el origen de elementos pesados como el oro.
Además, las ondas gravitacionales también sirven para calcular la edad del cosmos.
Peter Blanchard, Tarreneh Eftekhari, Victoria Villar y Peter Williams, astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA), han colaborado con otros 1.314 científicos de todo el mundo y mediante el análisis de una onda gravitacional han estimado la edad del universo, que estaría entre 11.900 y 15.700 millones de años. Te parecerá una horquilla de tiempo más que respetable, pero dada la dificultad del trabajo, supone un logro notable.
Para esto, se han basado en el estudio de una sola señal de onda gravitacional (bautizada como GW170817), observada por los detectores LIGO y Virgo el 17 de agosto de 2017. La produjeron dos estrellas de neutrones binarias en el momento de su colapso orbital, que las llevó a fusionarse.
Los astrónomos identificaron el origen del fenómeno: la galaxia NGC4993, situada a unos 140 millones de años luz de la Tierra. Basándose en la onda y en la velocidad a la que esta galaxia se aleja de nosotros, calcularon el tiempo pasado desde que comenzó la expansión del cosmos, es decir, la edad del universo.
Medir el tiempo que tiene el cosmos no es posible con cualquier tipo de onda gravitacional, lo que da relevancia a esta investigación, publicada en la revista Nature. En este caso, hubo una identificación óptica de la fuente –lo que permitió que pudiera estimarse la velocidad de alejamiento de la galaxia–, que además no era demasiado lejana.
H/T – Muyinteresante