Sophie Clayton, una británica de 26 años, perdió la memoria a largo plazo luego de sufrir una hemorragia nasal.
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El pasado noviembre, mientras la joven se preparaba para cumplir un turno nocturno en el trabajo, notó un sangrado por la nariz que se prolongó por unos 20 minutos. Luego de que la hemorragia le afectara el ojo izquierdo, su madre llamó a emergencias temiendo que se tratara de un derrame cerebral, relatan medios locales.
Mientras esperaban la ambulancia, Sophie pensó en avisar al trabajo del inconveniente, pero al intentar desbloquear su teléfono no podía recordar la clave. Minutos después, los paramédicos llegaron y no logró responderles qué fecha era. «Ni siquiera podía recordar mi nombre. Fue aterrador», aseguró.
Clayton permaneció en un hospital de Londres, donde médicos y neurólogos descartaron accidentes cerebrovasculares, le suministraron antivirales para prevenir infecciones y corroboraron que no se tratara de meningitis. Finalmente, fue diagnosticada con un trastorno neurológico funcional (FND, por sus siglas en inglés), una condición con la que pudo haber nacido y que afecta partes del cerebro y provoca síntomas neurológicos (debilidad, trastornos de movimiento, síntomas sensoriales y lipotimias).
«Esto causó debilidad en el lado izquierdo y borró todos mis recuerdos. Mi habla se vio afectada y no podía recordar cosas sencillas como escribir, sostener un cuchillo o un tenedor, y ni siquiera cepillarme el pelo», aseguró la mujer, que permanece en una silla de ruedas.
Su condición, además de impedirle recordar a sus padres y su trabajo, entre otros recuerdos le borró de la cabeza la relación con su novio, Jonathan Wilson, con quien estaba desde finales de 2017. Por esa razón, el joven ha estado recreando algunas de las fechas más especiales para ambos mostrándole fotografías y llevándola de regreso a lugares significativos del pasado; por ejemplo, en donde ocurrió su primera cita.
«Dolió no poder recordar esas cosas que compartimos, pero me ha encantado que las haya recreado. Pronto me volví a enamorar», relata.
Ahora, tras casi seis meses de fisioterapias y tratamiento, Sophie continúa aprendiendo habilidades motoras que perdió y espera poder a caminar de nuevo y recuperar su empleo mientras reconstruye su noviazgo y su vida. «Inicialmente, me sentí conmocionada, confundida y triste por haber perdido 26 años de recuerdos, pero ahora me estoy centrando en crear otros nuevos», relata.
Sophie no sabe lo que le depara el futuro, ya que se tiene muy poco conocimiento sobre el FND. «Los médicos no pueden decir si alguna vez me volverá la memoria o incluso si todo esto podría volver a ocurrir», concluye.
H/T – Riveramiciudad