Macron busca con una nueva legislación, que aún tiene que pasar por el Senado, que «las mujeres no tengan miedo» de estar en la vía pública, así que los hombres que silben o piropeen a mujeres en las calles podrían ser multados.
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Los hombres que silben o piropeen a mujeres en la calle en Francia podrán ser sancionados con multas de entre 90 euros y hasta 750 euros. Así lo recoge una nueva legislación aprobada este jueves por la Asamblea Nacional de Francia y que ahora deberá ser debatida en el Senado. El presidente del país, Emmanuel Macron, ha afirmado que el objetivo de este reglamento es evitar que «las mujeres no tengan miedo de salir a la calle».
Hace siete meses, el Gobierno francés se empezó a plantear en qué momento una acción como silbar a una mujer, lanzarle un piropo o seguirla por la calle deja de ser algo solo potencialmente incómodo o maleducado para convertirse en un acoso sexual punible. En marzo de 2018 un grupo interparlamentario encargado por el Gobierno de Macron presentó algunas propuestas, como la imposición de una multa por acoso en la calle de al menos 90 euros. «Frenar a la persona que es violenta en el espacio público es una manera de luchar contra todo acto de violencia sexual», afirmó entonces la secretaria de Estado para la Igualdad, Marlene Schiappa.
La nueva legislación, respaldada este jueves por la mayoría de diputados en la sesión parlamentaria, incluye sanciones para los hombres que acosen a las mujeres en la calle que oscilan entre los 90 y los 750 euros (dependerá de las circunstancias y habrá agravantes, como que se produzca en transportes públicos o haya reincidencia).
Algunos críticos se han burlado de las medidas contra el acoso, alegando que se acabará con la idea del «romance francés». La política del Frente Nacional Emmanuelle Menard ha comparado la legislación con una «cacería de brujas contra los hombres» que prohíbe «un comportamiento obsceno que no se puede comparar con el acoso». La secretaria de Estado para la Igualdad, Marlene Schiappa, explicó hace un año que el Gobierno no estaba interesado en «matar la cultura del amante francés», sino que quería establecer que el consentimiento era la clave.
La nueva legislación el Gobierno de Macron también pretende extender de 20 a 30 años el plazo para que los casos de violación de menores prescriban, una vez que las víctimas cumplan los 18 años. Además, quería fijar en los 15 años la edad mínima de consentimiento sexual, de manera que cualquier relación con penetración mantenida con alguien por debajo de esa edad fuera considerada de manera automática como violación. Sin embargo, algunos de los apartados de la medida se han eliminado después de que el Consejo de Estado advirtiera de que podrían ser inconstitucionales.
Hace unos meses una relación entre una niña de 11 años y un hombre de 28 generó un intenso debate en Francia. El hombre fue acusado inicialmente solo de «abuso sexual» y no de violación, aunque la fiscalía acabó elevando a violación la acusación en febrero en medio de una fuerte presión mediática y social.
Francia es uno de los pocos países europeos que hasta ahora no tiene fijada en su Código Penal una edad mínima para mantener relaciones sexuales consensuadas. Allí, la violación está penada con hasta 20 años de cárcel, mientras que para los abusos sexuales la pena máxima está fijada en cinco.
H/T – ElPaís