Unos estudiantes de primaria aseguran estar poseídos en una escuela de Chinú, norte de Córdoba; de hecho cinco niñas y un niño gritaban y sufrieron desmayo.
No dejes de ver: Mujer fue ¿poseída? Mientras tocaba el piano
Las autoridades médicas en esta localidad se encuentran consternadas luego de que un grupo de cinco niñas y un niño presentara un aparente ataque de nervios tras leer, presuntamente, un misterioso libro, ayer en la Institución Educativa San Martín de Carbonero, ubicada en la vereda Carbonero, zona rural de Chinú, norte de Córdoba.
La alcaldesa Teresa Salamanca dijo que fue necesario enviar una comitiva de médicos, enfermeras y sicólogos hasta la institución, ubicada a unos 40 minutos del casco urbano, pues varios menores presentaban desmayos, alucinaciones, vómitos y ataques de histeria.
“Este grupo de profesionales se encargó de realizar los exámenes médicos a los menores. Hasta el momento los resultados indican que los estudiantes no presentan antecedentes de ninguna enfermedad”, indicó.
“Los episodios de alteración estarían motivados por creencias en mitos y leyendas populares que les narran a los pequeños en esta zona del departamento”, aseguró la mandataria.
Tras la valoración médica, los jóvenes, de aproximadamente 12 años, de los grados 8° y 9 °, fueron enviados a sus casas.
El caso se registró cuando estaban en formación, antes de ingresar a los salones, a las 7:30 a.m. Un padre de familia, que pidió reserva de su nombre, aseguró que los “extraños” episodios se presentan desde hace un mes, cuando dos niñas, del corregimiento Flecha Sabanas, se desmayaron. Según el padre de familia las menores dicen que “escuchan voces que les ordenan agredir al que esté cerca”.
Fuentes consultadas informaron que los menores leyeron un texto, cuyo título, hasta el momento, es desconocido. Desde la misteriosa lectura las menores comenzaron a registrar desmayos aislados, pero en esta nueva ocasión se trató de un ataque colectivo que afectó el trascurrir diario del plantel que cuenta con una población de 529 alumnos. El caso será atendido por sicólogos.
H/T – Heraldo