Una mujer inglesa, desesperada y deprimida con los implantes mamarios que se había puesto hace años, logró quitarlos mediante un tutorial de YouTube. Y así, Tonia Rossington se convirtió en la primera mujer del mundo en hacerse una «autocirugía» para remover prótesis mamarias.
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Resulta que Tonia Rossington, de 49 años de edad, decidió operarse en 2004 después de que sus pechos quedaran “caídos y desinflados” tras amamantar a sus hijos. Pero, con el paso del tiempo, la mujer comenzó a perder peso y se dio cuenta de que sus pechos se veían demasiado grandes para su cuerpo y le pesaba la idea de tener que lidiar con «esto por el resto de mi vida”.
Y como no tenía dinero para someterse a la operación, hace dos años comenzó a meditar la idea de quitarse los implantes ella misma. La mujer visitó a su médico y le dijo que estaba sufriendo “depresión y ansiedad“ por los implantes, pero este le respondió que en el sistema público sólo se podía operar si estos se “rompían o causaban un dolor intenso”.
“Había una mujer que lo había intentado en Estados Unidos, pero sólo sacó uno antes de desmayarse”, le reveló Rossington al diario Daily Mail sobre el proceso de investigación que llevó adelante antes de tomar la decisión. Una vez que decidió avanzar con su plan, la mujer compró una botella de desinfectante, guantes quirúrgicos y un bisturí.
Según relató, sacó varios hielos de su heladera, se puso frente al espejo y los colocó directamente en la cicatriz que le había quedado tras la operación de pecho. Cuando no pudo soportar el hielo en la zona, tomó el bisturí y cortó un poco y no sintió ningún tipo de dolor.
En ese momento, Tonia se dio cuenta de que comenzó a salir líquido del implante que se había roto. En ese momento juntó coraje y lo sacó por completo. Luego “respiró profundamente” y repitió lo mismo en el pecho izquierdo. Luego, se puso gasas, las dejó fijas con un corpiño y fue directo al hospital.
Al llegar al centro médico, le explicó a los profesionales lo que había hecho y la atendieron con urgencia. La limpiaron con solución salina, le cambiaron los vendajes, la dieron de alta a la una de la madrugada y le dijeron que las heridas sanarían. Luego se sometió a un escáner que mostró que no había silicona dentro de su cuerpo.
«No me avergüenzo de lo que he hecho. Nunca volvería a tener implantes, fue el peor error que cometí”, aseguró Tonia e instó a las mujeres a que no se pongan «tetas”, ya que “se arrepentirán”.
H/T – Tiempodesanjuan