El hermano de Messi vuelve a meterse en problemas y esta vez protagonizó un sangriento episodio por el cual lo está buscando la Policía.
Matías Messi, conocido como la oveja negra de la familia, llegó al club de pescadores de Fighiera (provincia de Santa Fe, Argentina) en su lancha con el rostro ensangrentado y se justificó con una explicación que no convenció al vigilante privado que le vio llegar, dijo que había chocado contra un banco de arena y por eso se había lastimado la cara (presentaba diversos cortes).
Pero eso no era todo, la cubierta de la lancha estaba llena de restos de sangre. Al parecer, el exceso de manchas no coincidía ni con las heridas de Matías ni con su versión de los hechos. Ante esto, el vigilante informó a la Policía y los agentes acudieron de inmediato al puerto mencionado (unos 35 kilómetros al sur de la ciudad de Rosario), procedieron al registro, palmo a palmo, de la embarcación y encontraron un arma.
Según la agencia de noticias Telam, se trataría de una pistola nueve milímetros (también conocida como la 380), similar a la última que le incautaron sin que tuviera permiso.
El fiscal José Luis Caterina ordenó a los agentes de la Subcomisaria 11 de Fighiera que fueran a al hermano del futbolista a su domicilio para que prestara declaración. El objetivo era dilucidar si a bordo de la embarcación se había producido un crimen, esclarecer lo sucedido y que diera explicaciones sobre la pistola. Las sospechas de que Matías no estaba solo, dado el estado de la cubierta de la lancha, adquirieron peso.
Sin embargo, Matías, que vive en localidad próxima de General Lagos, no se encontraba en su casa. Su ausencia podría deberse a que se encontraba en algún centro de salud de su confianza para que le atendieran las heridas. Otra hipótesis menos benevolente apuntaría a que Matías estaría evitando ser interrogado por la policía tras el misterioso episodio de su lancha.
La Fiscalía esperaba que se presentara voluntariamente en la comisaria ya que la noticia saltó de inmediato a los medios de comunicación. Pero como no fue así, el fiscal ordenó su búsqueda y captura, en principio, por portación ilegal de armas.
Todo parece apuntar que al hermano de Messi se niega a dejar de vivir al límite. En el 2008 tuvo choques con la policía y tres años más tarde la casa de la familia fue objetivo de un tiroteo que dejó los muros de la fachada como un colador.
Un par de años atrás también circularon imágenes suyas rodeado de narcotráficantes y barrabravas (fanaticos violentos y hasta criminales del fútbol).
H/T – ABC.es