En el desierto del Namib, en África, la vegetación tiene un peculiar patrón que los naturalistas apodan ‘círculos de hadas’ y los oriundos ‘huellas de Dios’.
Durante años, la falta de vegetación en estos círculos desconcertó a los expertos. Se manejaban varias hipótesis que intentaban esclarecer el origen de la enigmática ordenación de las hierbas, en una zona que tiene menos de 100 milímetros de lluvia al año. Una de ellas reducía el misterio a la distribución de esta escasa humedad entre las raíces de las plantas, resistentes a la sequía. Otra destacaba el papel de los insectos isópteros, o sea termitas, que transforman la estructura del suelo alrededor de sus nidos y se comen las raíces.
Sin embargo, las peculiaridades del crecimiento de plantas en las regiones del desierto del Namib que tienen vegetación no explicaban la formación de los ‘círculos de hadas’. Así lo estableció un estudio matemático aplicado a este enigma por dos estudiosos de la Universidad de Princeton (EE.UU.) y la Universidad de Strathclyde (Reino Unido).
El modelo matemático al que acudieron los ecologistas Corina Tarnita y Juan A. Bonachela ha permitido reconciliar ambas hipótesis, afirma la revista ‘Science’.
Los científicos determinaron que las colonias de los insectos se organizan en patrones hexagonales, similares al panal de abejas, regularmente espaciados, de forma que cada colonia esté rodeada por otras seis. Y solo al sumarse el impacto ambiental de las termitas y las figuras que forman las propias plantas se obtuvo computacionalmente el patrón que implica la formación de círculos del tamaño real, cuyos bordes están marcados con hierbas algo más altas.
En opinión de los científicos, las termitas dejan un estampado de alta escala, mientras que las plantas ‘dibujan’ el suyo en un radio menor. Puestos juntos, estos ‘dibujos’ forman un cuadro de los ‘anillos de hadas’ apreciable desde un avión.
H/T – RT/Video: ComentaYT