Si bien es cierto que se ha considerado al perro como el mejor amigo del hombre, la historia de Bobby confirma que estos seres caninos pueden ser realmente la mayor muestra de lealtad, honestidad y amor que el ser humano puede llegar a encontrar.
La historia de Bobby
Todo comenzó en Edimburgo, cuando John Gray viaja en 1950 a la capital escocesa para convertirse en un guardia nocturno. Para ese entonces, un perro de raza Skye Terrier le fue asignado al vigilante, para que éste le acompañara durante sus jornadas de trabajo. John le puso como nombre al canino Bobby.
Bobby se convirtió en el fiel y mejor amigo de John y juntos, noche tras noche, cuidaban y vigilaban las calles oscuras y frías calles de Edimburgo. En 1958, John se enferma y muere de tuberculosis, dejando a Bobby solo.
Como muestra de amistad, lealtad y amor, Bobby se mantuvo desde el día en que su amo fue sepultado al lado de su tumba, haciéndose cada vez más famoso por la enorme muestra de afecto que este demostraba hacia su amo.
14 años después, Bobby muere sobre la tumba de su fiel amigo y asimismo es reconocido en la ciudad por su nobleza y lealtad. El canino fue enterrado a pocos metros de la tumba de su amo en el jardín de una iglesia que se encuentra en el cementerio, pero que no pertenece al mismo.
También se realizó una escultura de Bobby que se encuentra cerca del cementerio, y que puede ser vista hoy en día en la ciudad escocesa. Este canino forma parte del patrimonio histórico de la ciudad, su collar puede ser visto en el Museo de Escocia.