Los dragones azules, rara especie marina, acumulan las células de las carabelas que contienen la sustancia urticante, de manera que su picadura puede llegar a ser aún más peligrosa que la de su presa.
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El parque nacional costero de isla Padre, en el golfo de México en Texas (EE.UU.), anunció el 6 de mayo en su cuenta de Facebook que en su territorio habían aparecido varios ejemplares de una rara especie que habitualmente no se encuentra en esa zona.
Las autoridades del parque piden tratar estas babosas con cautela, ya que pueden ser peligrosas. Son depredadores naturales de las carabelas portuguesas, un animal parecido a las medusas cuya picadura es muy dolorosa.
Al ingerirlas, los dragones azules acumulan las células de las carabelas que contienen la sustancia urticante, de manera que su picadura puede llegar a ser aún más peligrosa que la de su presa.
Normalmente es difícil encontrar a esta especie en el parque texano, pero en determinadas épocas aparecen en grupos, como ha pasado en los últimos días, cuando un grupo de dragones azules fue arrojado a la costa.
Aun así, los especialistas del parque y los turistas que lo visitan con frecuencia destacan que antes de 2020 nunca los habían visto con sus propios ojos, según medios locales.
El dragón azul es una hermosa criatura que habita los mares de las costas sudafricanas, europeas, australianas y de Mozambique. Prefieren aguas templadas y tropicales.
A diferencia de la mayoría de los moluscos, el dragón azul no posee concha. Esta estructura se desarrolló como una adaptación evolutiva. Sin embargo, los dragones azules no necesitan de esta pues su coloración es una señal de alta toxicidad que aleja a cualquier depredador.
Los dragones azules son animales diminutos que no llegan a alcanzar más de 3 cm de longitud. Poseen una burbuja de aire en su panza que les permite flotar en el agua. Son azules en su parte ventral, pero plateados en la dorsal, y su cuerpo muestra rayas oscuras. Poseen, además, seis apéndices que se ramifican en forma de rayos.
De qué se alimentan
El dragón azul se alimenta de la criatura más inimaginable del mundo: el barquito portugués (agua mala). Para poder digerir este animal venenoso sin morir, posee unos discos que actúan como barrera. Luego guarda las toxinas en sacos, para producir una sustancia incluso más peligrosa que la de su cena.
Los dragones azules son hermafroditas, es decir, poseen ambos tipos de genitales. Después de apearse con otro individuo, ambos producen huevos diminutos. Como nido utilizan alguna madera que flota a la deriva o el esqueleto de un animal muerto.
En caso de no encontrar alimento, los dragones azules pueden volverse caníbales. Buscan algún miembro de su misma especie y dan cuenta de él de una sentada.
H/T – Tn8