El programa espacial de Rusia y la NASA se unieron para planear una misión a Venus, con el fin de investigar algunos de los misterios más grandes de ese planeta, entre ellos si alberga vida.
El equipo internacional de científicos de la misión, que se conoce como Venera-D, presentará su informe final a la NASA y al Instituto de Investigaciones Espaciales de la Academia Rusa de Ciencias a fin de mes, según explicó David Senske, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.
Rusia, quien lidera la misión, lleva más de una década desarrollando el proyecto. «La NASA se involucró hace aproximadamente tres años, cuando Rusia preguntó si la agencia espacial estadounidense estaría interesada en colaborar en la misión», señaló Senske, en declaraciones citadas por ElHeraldo.es.
Como recordarán la Unión Soviética lanzó una serie de sondas a Venus desde principios de los años 1960 hasta mediados de la década de 1980, como parte de sus programas Venera y Vega. «Rusia siempre ha estado interesada en volver a Venus», dijo Senske.
Venera-D es una misión a gran escala, comparable en alcance al rover Curiosity de la NASA en Marte, cuyo presupuesto es de 2.500 millones de dólares, explicó Senske. La misión requiere de un orbitador que estudiará Venus desde arriba durante al menos tres años, además de un aterrizador que operará durante unas horas en la superficie del planeta.
Los datos recopilados por el orbitador deberían ayudar a los científicos a comprender mejor la composición, estructura y dinámica de la atmósfera de Venus, incluyendo por qué el aire del planeta gira mucho más rápido que la superficie, un misterioso fenómeno conocido como super-rotación.
Mientras que el aterrizador recogerá más información al descender, y estudiará la composición y morfología de la superficie del planeta después de tocar suelo.
Aunque Venera-D aún se encuentra en su fase inicial, por lo que no hay seguridad aún sobre lo qué hará o cuándo se iniciará la misión, un despegue en 2025 o 2026 es posible bajo una línea de tiempo «agresiva», dijo Senske. «Depende de cuando los rusos puedan conseguir esto en su presupuesto para el espacio», dijo.
H/T – ElHeraldo.es