A menudo nos cuentan historias de terror que nos ponen los pelos de punta y nos hacen asustarnos hasta fallecer. Pero, ¿Es posible morir de miedo?
Lo cierto es que cuando nos asustamos lo que sucede en nuestro cuerpo es una gran descarga de adrenalina. Esta sustancia hace que nuestro corazón acelere su ritmo cardiaco, a veces hasta cotas insospechadas, lo que lleva la sangre a toda prisa hacia los órganos más grandes e importantes. Por ejemplo, tenemos más oxígeno en los pulmones.
Todas estas reacciones son esenciales para que nuestro cuerpo esté preparado para huir o, incluso, para luchar si fuera necesario. En situaciones de peligro, por ejemplo, somos capaces de correr como nunca hubiéramos imaginado sin sentir ni una molestia, al menos al principio.
La adrenalina provoca también otras reacciones en nuestro cuerpo: el flujo de sangre en los órganos grandes hacen que palidezcamos, nuestras pupilas se dilatan, y empezamos a transpirar, especialmente por las manos.
Pero, ¿se puede llegar a morir? Es muy difícil: nuestro corazón está preparado para enfrentarse a estas situaciones de estrés, de lo contrario nuestra especie, que siempre se ha tenido que enfrentar a terribles depredadores, no hubiera llegado hasta aquí.
Ahora bien, quienes padezcan problemas de corazón o cualquier afección cardiaca sí pueden tener problemas. La superior exigencia repentina al corazón puede desembocar en un paro cardiaco. Por ello no es extraño encontrar advertencias en espectáculos de miedo para este tipo de personas.
Por cierto, que este tipo de muerte se conoce como ‘efecto Barkerville’, en referencia a un personaje de ‘El sabueso de los Baskerville’ de Arthur Conan Doyle, a quien un estrés psicológico extremo le rompe el corazón.
H/T – Que.es