Desde su creación la fotografía se ha consolidado como el registro perfecto para nuestra memoria. Sin duda, la captura e inmortalización de nuestra vida a través de un dispositivo nos ha facilitado el trabajo para recordar momentos que fueron importantes o que merecieron nuestra atención.
¿Pero qué pasa realmente cuando tomamos tantas fotografías? ¿Será cierto que ayuda a nuestra memoria a recordar en detalle lo que fue esa experiencia o momento importante?
Quizás en un principio se desarrolló de esa forma, pero a lo largo de la evolución y el desarrollo tecnológico unido a la fiebre de las plataformas sociales cada vez más visuales y menos textuales las cosas han ido cambiando. Los smartphones han llegado para engancharnos a la era digital, en la que la hipervisualidad nos ha envuelto de tal forma que hoy en día vivimos para mostrar nuestra vida a través de imágenes.
Antes las fotos eran para capturar esos momentos que merecían la pena inmortalizar, hoy al parecer todo “merece la pena” llevando lo ordinario a extraordinario, claro, esto por medio de filtros que maquillan la realidad para hacer creer que vivimos una vida “plena, feliz y afortunada”.
Esta fiebre de fotografiar y compartir cada cosa que nos sucede en el día se ha transformado en cifras abrumadoras en los últimos años, sobre todo en esta generación que crecen con un dispositivo en la mano.
Aunque parezca inofensivo este hábito, la profesora Linda Henkel de la Universidad de Fairfield ha demostrado que tomar fotografías reduce la capacidad de recordad detalles de algún evento.
Lo que sucede en parte es que el esfuerzo de tomar o capturar la imagen nos distrae, así como también ocurre que se libera el cerebro de la presión de recordar lo que ocurrió y los detalles ya que está consiente que esto quedara registrado en la imagen y no tiene que almacenarlo en la memoria.
Pero el efecto es contrarrestado al hacer zoom para enfocar lo detalles, dijo Hekel.
El hecho de tomar la fotografía no es negativo, la acción de hecho no lo es, el problema se presenta con la cantidad de imágenes que se capturan a diario en las que la reflexión detalle y análisis no están por ningún lado, condenándonos a olvidar muchas cosas de forma inconsciente.
Hekel recomienda que si no eres profesional de la fotografía no te desgastes y limita la cantidad de fotos que tomas. “Si estas de vacaciones disfrutando de un sitio muy bello, toma una par de fotos, deja la cámara y disfruta del lugar” de igual forma, sugiere imprimir las fotos para darle mayor valor y no abusar así de los clics.
El panorama actual es tan ridículo que incluso una Universidad de EEUU ofrece un curso de Selfies (acá es cuando decimos ¡WTF!), en el que se autofotografían y analizan los retratos de las celebridades.
Wired es una revista en la que Rhett Allain realizó un cálculo matemático en el que asegura que si se sigue capturando fotografías como hoy en día, para 2020 tendrá unas 119 mil imágenes en la computadora.
¿Realmente quien tiene tiempo para detallar tantas imágenes? Nadie, entonces es mejor tomar el consejo de Hekel, tomar pausa y fotografiar realmente lo necesario, un bonito recuerdo y luego disfrutar del momento ¿No crees?
H/T – sagepub